Día 25 • 4ta Parte – Transformados por los problemas

Bajo la presión, su vida de fe queda al descubierto y muestra sus colores verdaderos.

SANTIAGO 1:3 (PAR)

No cedas ante el pensamiento a corto plazo. Mantén tu mirada enfocada en el resultado final: «Si hemos de compartir su gloria, también debemos compartir su sufrimiento. Lo que sufrimos ahora no es nada comparado con la gloria que él nos dará después».

Regocíjate y da gracias. La Biblia nos dice: «Den gracias a Dios en toda situación, porque esta es la voluntad para ustedes en Cristo Jesús». ¿Cómo es posible eso? Considera que Dios nos dice que demos gracias «en todas las circunstancias», no «por todas las circunstancias». Dios no espera que le agradezcas por el mal, el pecado, el sufrimiento o sus consecuencias dolorosas en el mundo. En cambio, quiere que le agradezcas porque usará tus problemas para cumplir sus propósitos.

La Biblia dice: «Alégrense siempre en el Señor». No dice: «Alégrense por su dolor». Eso es masoquismo. Te regocijas «en el Señor». No importa qué problemas estés pasando, puedes regocijarte en el amor de Dios, su cuidado, su sabiduría, su poder y fidelidad. Jesús dijo: «Alégrense, en aquel día y salten de gozo, pues miren que les espera una recompensa grande en el cielo».

También podemos alegrarnos al saber que Dios está con nosotros en medio del dolor. No servimos a un Dios distante y aislado que nos dispara frases alentadoras desde un flanco seguro. Todo lo contrario, él se hace parte de nuestro sufrimiento. Jesús lo hizo en la Encarnación, y su Espíritu lo hace ahora en nosotros. Dios nunca nos dejará solos.

Niégate a darte por vencido. Sé paciente y persistente. La Biblia dice: «Dejen que el proceso continúe hasta que su paciencia se desarrolle totalmente, y encontrarán que se han vuelto como un hombre de carácter maduro… sin debilidades».

La formación del carácter es un proceso lento. Siempre que tratemos de evitar o eludir las dificultades de la vida, provocamos un cortocircuito en el proceso, retardamos nuestro crecimiento y realmente terminamos sufriendo una clase de dolor que es peor: el tipo de dolor sin sentido que acompaña a la negación y la evasión.

Cuando asumes las consecuencias eternas del desarrollo de tu carácter, no pronuncias tanto oraciones del tipo «Consuélame» («Ayúdame a sentirme bien»), sino que tus oraciones serán más bien «Adáptame» («Usa esto para hacerme más como tú»).

Sabrás que estás en proceso de maduración cuando empieces a ver la mano de Dios en las circunstancias más variadas, confusas y aparentemente vanas de la vida.

Si estás enfrentando un problema ahora mismo, no preguntes: «¿Por qué a mí?». Pregunta en cambio: «¿Qué quieres que aprenda?». Después confía en Dios y sigue haciendo lo que es correcto. «Ustedes necesitan mantenerse firmes, permaneciendo en el plan de Dios para poder estar allí cuando tenga lugar la plenitud prometida».

No te des por vencido: ¡Madura!

DÍA 25

Pensando en mi propósito

PUNTO DE REFLEXIÓN: Hay un propósito detrás de cada problema.

VERSÍCULO PARA RECORDAR: «Ahora bien, sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito». Romanos 8:28 (NVI).

PREGUNTA PARA CONSIDERAR: ¿Qué problema en mi vida me ha permitido crecer más?


DAY 25/Fourth part • Transformed by Trouble

Under pressure, your faith-life is forced into the open and shows its true colors. JAMES 1:3 (MSG)

The secret of endurance is to remember that your pain is temporary but your reward will be eternal. Moses endured a life of problems “because he was looking ahead to his reward.” Paul endured hardship the same way. He said, “Our present troubles are quite small and won’t last very long. Yet they produce for us an immeasurably great glory that will last forever!” 

Don’t give in to short-term thinking. Stay focused on the end result: “If we are to share his glory, we must also share his suffering. What we suffer now is nothing compared to the glory he will give us later.”

Rejoice and give thanks. The Bible tells us to “give thanks in all circumstances, for this is God’s will for you in Christ Jesus.” How is this possible? Notice that God tells us to give thanks “in all circumstances” not “ for all circumstances.” God doesn’t expect you to be thankful for evil, for sin, for suffering, or for their painful consequences in the world. Instead, God wants you to thank him that he will use your problems to fulfill his purposes.

The Bible says, “Rejoice in the Lord always.”  It doesn’t say, “Rejoice over your pain.” That’s masochism. You rejoice “in the Lord.” No matter what’s happening, you can rejoice in God’s love, care, wisdom, power, and faithfulness. Jesus said, “Be full of joy at that time, because you have a great reward waiting for you in heaven.” 

We can also rejoice in knowing that God is going through the pain with us. We do not serve a distant and detached God who spouts encouraging clichés safely from the sideline. Instead, he enters into our suffering. Jesus did it in the Incarnation, and his Spirit does it in us now. God will never leave us on our own.

Refuse to give up. Be patient and persistent. The Bible says, “Let the process go on until your endurance is fully developed, and you will find that you have become men of mature character . . . with no weak spots.”

Character building is a slow process. Whenever we try to avoid or escape the difficulties in life, we short-circuit the process, delay our growth, and actually end up with a worse kind of pain — the worthless type that accompanies denial and avoidance. When you grasp the eternal consequences of your character development, you will pray fewer “Comfort me” prayers (“Help me feel good”) and more “Conform me” prayers (“Use this to make me more like you”).

You know you are maturing when you begin to see the hand of God in the random, baffling, and seemingly pointless circumstances of life.

If you are facing trouble right now, don’t ask, “Why me?” Instead ask, “What do you want me to learn?” Then trust God and keep on doing what’s right. “You need to stick it out, staying with God’s plan so you’ll be there for the promised completion.” Don’t give up — grow up!

DAY 25

Thinking about My Purpose

POINT TO PONDER: There is a purpose behind every problem.

VERSE TO REMEMBER: “And we know that in all things God works for the good of those who love him, who have been called according to his purpose.” ROMANS 8:28 (NIV)

QUESTION TO CONSIDER: What problem in my life has caused the greatest growth in me?