10Dic – Día 25 • Transformados por los problemas

Pues los sufrimientos ligeros y efímeros que ahora padecemos producen una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento.

2 CORINTIOS 4:17 (NVI) 

El fuego del sufrimiento hace relucir el oro de la consagración. MADAME GUYON

DIOS TIENE UN PROPÓSITO DETRÁS DE CADA PROBLEMA.

Él se vale de las circunstancias para desarrollar nuestro carácter. En efecto, él depende más de las circunstancias a fin de hacernos más como Jesús que de nuestra lectura de la Biblia. La razón es obvia: Te enfrentas a las circunstancias veinticuatro horas al día.

Jesús nos advirtió que tendríamos problemas en el mundo. Nadie es inmune al dolor, nadie puede evitar el sufrimiento y nadie consigue deslizarse a través de la vida sin problemas. La vida es una serie de conflictos. Cada vez que logramos solucionar uno, hay otro esperando para ocupar su lugar. No todos son grandes, pero todos son significativos en el proceso de crecimiento de Dios para ti. Pedro nos asegura que los problemas son normales: «Queridos hermanos en Cristo, no se sorprendan de tener que afrontar problemas que ponen a prueba su confianza en Dios. Eso no es nada extraño».

Dios usa los problemas para acercarte a él. La Biblia dice: «El Señor está cerca de los que tienen el corazón quebrantado; libra a los que tienen el espíritu aplastado». Tus experiencias de adoración más profundas probablemente ocurran en tus días más oscuros, cuando tu corazón esté destrozado, te sientas abandonado, ya no tengas opciones, el dolor sea enorme y solo te quede recurrir a Dios. Durante el sufrimiento aprendemos a pronunciar nuestras oraciones más auténticas, más sentidas y más sinceras con Dios. Cuando estamos sufriendo, no tenemos energía para oraciones superfluas.

Joni Eareckson Tada escribió: «Cuando la vida es color de rosa, podemos deslizarnos por ella sabiendo de Jesús, imitándolo, citándolo y hablando de él. Pero solo durante el sufrimiento lo conocemos». En los momentos de sufrimiento aprendemos cosas acerca de Dios que no podríamos aprender de otra manera.

Dios pudo haber evitado que José fuera a la cárcel, que a Daniel lo pusieran en el foso de los leones, que a Jeremías lo echaran en la mazmorra, que Pablo naufragara tres veces, y que los tres jóvenes hebreos fueran echados en el horno de fuego; pero no lo hizo. Dios permitió que esos problemas sucedieran y, como resultado, esas circunstancias acercaron a cada uno de ellos a Dios.

Tus experiencias de adoración más profundas probablemente ocurran en tus días más oscuros.

Los problemas nos obligan a mirar a Dios y depender de él más que de nosotros mismos. Pablo testificó de este beneficio: «Nos pareció que estábamos ya sentenciados a muerte y vimos lo inútiles que éramos para escapar; pero eso fue lo bueno, porque entonces lo dejamos todo en las manos del único que podía salvarnos: Dios». Nunca sabrás que Dios es todo lo que necesitas hasta que él sea todo lo que tengas.

Sin considerar la causa, ninguno de tus problemas podrían suceder si Dios no lo permite. Todo lo que le pase a un hijo de Dios es filtrado por el Padre, y Dios piensa usarlo para bien, aun cuando la intención de Satanás y otros sea emplearlo para el mal.

Debido a que Dios es el soberano que todo lo controla, los accidentes son solo incidentes en el buen plan que tiene para ti. Como todos los días de tu vida se escribieron en el calendario de Dios desde antes de que nacieras,  todo lo que te pasa tiene un significado espiritual. ¡Todo! Romanos 8:28-29 explica por qué: «Sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo con su propósito. Porque a los que Dios conoció de antemano también los predestinó a ser transformados según la imagen de su Hijo».

Reflexión:

Todo lo que te pasa tiene un significado espiritual.


Day 25 – Transformed by Trouble

For our light and momentary troubles are achieving for us an eternal glory that far outweighs them all.

2 CORINTHIANS 4:17 (NIV)

It is the fire of suffering that brings forth the gold of godliness.

MADAME GUYON

GOD HAS A PURPOSE BEHIND EVERY PROBLEM.

He uses circumstances to develop our character. In fact, he depends more on circumstances to make us like Jesus than he depends on our reading the Bible. The reason is obvious: You face circumstances twenty-four hours a day.

Jesus warned us that we would have problems in the world. No one is immune to pain or insulated from suffering, and no one gets to skate through life problem-free. Life is a series of problems. Every time you solve one, another is waiting to take its place. Not all of them are big, but all are significant in God’s growth process for you. Peter assures us that problems are normal, saying, “Don’t be bewildered or surprised when you go through the fiery trials ahead, for this is no strange, unusual thing that is going to happen to you.”

God uses problems to draw you closer to himself. The Bible says, “The Lord is close to the brokenhearted; he rescues those who are crushed in spirit.”  Your most profound and intimate experiences of worship will likely be in your darkest days — when your heart is broken, when you feel abandoned, when you’re out of options, when the pain is great — and you turn to God alone. It is during suffering that we learn to pray our most authentic, heartfelt, honest-to-God prayers. When we’re in pain, we don’t have the energy for superficial prayers.

Joni Eareckson Tada notes, “When life is rosy, we may slide by with knowing about Jesus, with imitating him and quoting him and speaking of him. But only in suffering will we know Jesus.”  We learn things about God in suffering that we can’t learn any other way.

God could have kept Joseph out of jail,  kept Daniel out of the lion’s den, kept Jeremiah from being tossed into a slimy pit,  kept Paul from being shipwrecked three times,  and kept the three Hebrew young men from being thrown into the blazing furnace  — but he didn’t. He let those problems happen, and every one of those persons was drawn closer to God as a result.

Problems force us to look to God and depend on him instead of ourselves. Paul testified to this benefit: “We felt we were doomed to die and saw how powerless we were to help ourselves; but that was good, for then we put everything into the hands of God, who alone could save us.”  You will never know that God is all you need until God is all you’ve got.

Your most profound and intimate experiences of worship will likely be in your darkest days.

Regardless of the cause, none of your problems could happen without God’s permission. Everything that happens to a child of God is Father-filtered, and he intends to use it for good even when Satan and others mean it for bad.

Because God is sovereignly in control, accidents are just incidents in God’s good plan for you. Because every day of your life was written on God’s calendar before you were born, everything that happens to you has spiritual significance. Everything! Romans 8:28 — 29 explains why: “We know that God causes everything to work together for the good of those who love God and are called according to his purpose for them. For God knew his people in advance, and he chose them to become like his Son.” 

Reflection:

Everything that happens to you has spiritual significance.