Daré gracias al SEÑOR con todo mi corazón; todas Tus maravillas contaré.
SALMOS 9:1
¿Te resulta difícil a veces enumerar tus bendiciones? ¿Te cuesta ver algo bueno en tu vida? Tal vez estés atravesando una temporada particularmente difícil, con problemas financieros, relacionales o físicos que te han robado la alegría. Si es así, considera esto: cuando tienes a Jesús, tienes la mayor bendición posible que nunca te quitarán.
Esto puede parecer una afirmación ingenua o espiritualmente simplista, pero es profunda y resulta crucial que lo comprendas. De hecho, reconocer quién es Jesús puede transformar tu existencia. En Cristo, tienes la garantía de la vida eterna, que comienza incluso ahora que lo conoces (Juan 17:3). Él forma tu carácter, alimenta tu alma y da energía a tu espíritu, dándote una nueva identidad, sabiduría, amor, fortaleza, alegría, paz, consuelo, esperanza y paciencia. En Cristo tienes un amigo verdadero e inquebrantable, siempre. Él comprende tus desilusiones, se regocija en tus triunfos y está contigo en tus pruebas. Puedes confiar en Él, llorar delante de Él y celebrar con Él.
Por lo tanto, siempre que consideres tus bendiciones, comienza con todo lo que tienes en Jesús; porque seguro que tendrás mucho que contar.
Oración:
Jesús, tú eres en verdad mi mayor bendición. Gracias por todo lo que eres para mí. Amén.
Counting Your Blessings
I will give thanks to the LORD with all my heart; I will tell of all Your wonders.
PSALM 9:1
At times, is it a challenge for you to name your blessings? Is it difficult to see any good in your life? Perhaps you’re enduring a particularly demanding season with financial, relational, or physical problems that have robbed you of joy. If so, then consider this: when you have Jesus, you have the greatest blessing possible that will never be taken away.
That may sound like a spiritually simplistic or naïve statement, but it is profound in ways that are crucial for you to grasp. Indeed, your recognition of who Jesus is can transform your existence. In Christ, you have the guarantee of eternal life, which begins even now as you know Him (John 17:3). He shapes your character, nourishes your soul, and energizes your spirit, giving you a new identity, wisdom, love, strength, joy, peace, comfort, hope, and patience. In Christ you have a true and unwavering friend for every season—He understands your disappointments, rejoices in your triumphs, and stands with you in your trials. You can confide in Him, weep before Him, and celebrate with Him.
Therefore, whenever you consider your blessings, begin with all you have in Jesus. Because then you’ll always have plenty to count.
Prayer: Jesus, You are truly my greatest blessing. Thank You for all You are to me. Amen.