Si uno de los miembros sufre, los demás comparten su sufrimiento; y si uno de ellos recibe honor, los demás se alegran con él.
1 CORINTIOS 12:26 (NVI)
Todo está en la iglesia
En mi libro Una iglesia con propósito expliqué cómo formar parte de una iglesia espiritualmente saludable es esencial para tener una vida sana. Espero que también leas ese libro, porque te ayudará a entender cómo Dios diseñó su iglesia específicamente con el objetivo de ayudarte a cumplir los cinco propósitos que él tiene para tu vida. Él creó la iglesia a fin de satisfacer las cinco necesidades más básicas de tu vida: un propósito para vivir, personas con quienes vivir, principios para vivir, una profesión que desarrollar y el poder para vivir. Solo hay un lugar en la tierra donde es posible encontrar estos cinco beneficios reunidos en el mismo sitio.
Los propósitos de Dios para su iglesia son los mismos que tiene para tu vida. La adoración te ayudará a concentrarte en Dios; la comunión te ayudará a enfrentar los problemas de la vida; el discipulado te ayudará a fortalecer tu fe; el ministerio te ayudará a descubrir tus talentos; el evangelismo te ayudará a cumplir tu misión. ¡No hay nada como la iglesia en la tierra!
Tu elección
Cuando nace un bebé, él o ella se convierte automáticamente en parte de la familia universal de los seres humanos. Pero ese bebé también necesita ser miembro de una familia en particular a fin de recibir el cuidado y el cariño que requiere para crecer, tener salud y ser fuerte. Lo mismo es cierto en el aspecto espiritual. Cuando nacemos de nuevo, automáticamente pasamos a formar parte de la familia universal de Dios, pero también necesitamos ser miembros de una expresión local de esa comunidad de creyentes.
La diferencia entre ser un mero asistente al templo y un miembro de la iglesia es el compromiso. Los asistentes son espectadores frente al escenario; los miembros están comprometidos con el ministerio. Los asistentes son consumidores; los miembros, contribuyentes. Los asistentes desean tener los beneficios de la iglesia sin compartir las obligaciones. Son como parejas que quieren vivir juntas sin comprometerse y formar un matrimonio.
¿Por qué es importante unirse a la familia de una iglesia local? Porque es en la práctica, no en la teoría, como demuestras tu compromiso con tus hermanos y hermanas. Dios quiere que ames a personas reales, no ideales. Puedes pasarte toda tu vida buscando la iglesia perfecta, pero nunca la encontrarás. Dios nos llama a amar a los pecadores como él nos amó.
En Hechos, los cristianos de Jerusalén tenían compromisos muy específicos entre sí. Se dedicaban a la comunión. La Biblia nos dice «que se comprometían con la enseñanza de los apóstoles, la vida en comunidad, las comidas comunitarias y las oraciones». Dios hoy espera el mismo compromiso de tu parte.
La vida cristiana es más que el simple compromiso con Cristo, esta también implica el compromiso con otros cristianos. Los creyentes de Macedonia entendieron esto. Pablo dijo de ellos: «Se entregaron a sí mismos, primeramente al Señor y después a nosotros, conforme a la voluntad de Dios». Después de convertirte en hijo de Dios, el siguiente paso natural que debes dar es convertirte en miembro de una congregación local. Cuando te comprometes con Cristo, te conviertes en cristiano, pero te conviertes en miembro de una iglesia cuando te comprometes con un grupo específico de creyentes. La primera decisión trae la salvación; la segunda, la comunión.
DÍA 17
Pensando en mi propósito
PUNTO DE REFLEXIÓN: Soy llamado a pertenecer, no solo a creer.
VERSÍCULO PARA RECORDAR: «También nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás». Romanos 12:5 (NVI).
PREGUNTA PARA CONSIDERAR: El grado de compromiso que tengo con mi iglesia local, ¿refleja mi amor y compromiso con la familia de Dios?
DAY 17/Fourth part • A Place to Belong
If one part of the body suffers, all the other parts suffer with it. Or if one part of our body is honored, all the other parts share its honor.
1 CORINTHIANS 12:26 (NCV)
It’s All in the Church
In my book The Purpose Driven Church, I explain how being part of a healthy church is essential to living a healthy life. I hope you will read that book, too, because it will help you understand how God designed his church specifically to help you fulfill the five purposes he has for your life. He created the church to meet your five deepest needs: a purpose to live for, people to live with, principles to live by, a profession to live out, and power to live on. There is no other place on earth where you can find all five of these benefits in one place.
God’s purposes for his church are identical to his five purposes for you. Worship helps you focus on God; fellowship helps you face life’s problems; discipleship helps fortify your faith; ministry helps find your talents; evangelism helps fulfill your mission. There is nothing else on earth like the church!
Your Choice
Whenever a child is born, he or she automatically becomes a part of the universal family of human beings. But that child also needs to become a member of a specific family to receive nurture and care and grow up healthy and strong. The same is true spiritually. When you were born again, you automatically became a part of God’s universal family, but you also need to become a member of a local expression of God’s family.
The difference between being a church attender and a church member is commitment. Attenders are spectators from the sidelines; members get involved in the ministry. Attenders are consumers; members are contributors. Attenders want the benefits of a church without sharing the responsibility. They are like couples who want to live together without committing to a marriage.
Why is it important to join a local church family? Because it proves you are committed to your spiritual brothers and sisters in reality, not just in theory. God wants you to love real people, not ideal people. You can spend a lifetime searching for the perfect church, but you will never find it. You are called to love imperfect sinners, just as God does.
In Acts, the Christians in Jerusalem were very specific in their commitment to each other. They were devoted to fellowship. The Bible says, “They committed themselves to the teaching of the apostles, the life together, the common meal, and the prayers.” God expects you to commit to the same things today.
The Christian life Is more than just commitment to Christ; it includes a commitment to other Christians. The Christians in Macedonia understood this. Paul said, “First they gave themselves to the Lord; and then, by God’s will, they gave themselves to us as well.” Joining the membership of a local church is the natural next step once you have become a child of God. You become a Christian by committing yourself to Christ, but you become a church member by committing yourself to a specific group of believers. The first decision brings salvation; the second brings fellowship.
DAY 17
Thinking about My Purpose
POINT TO PONDER: I am called to belong, not just believe.
VERSE TO REMEMBER: “In Christ we who are many form one body, and each member belongs to all the others.” ROMANS 12:5 (NIV)
QUESTION TO CONSIDER: Does my level of involvement in my local church demonstrate that I love and am committed to God’s family?