Día 17 • Un lugar al cual pertenecer

Ya son ustedes… miembros de la familia de Dios, ciudadanos del país de Dios y conciudadanos de los cristianos de todas partes. EFESIOS 2:19 (BAD)

 …la familia de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, la cual sostiene y defiende la verdad.

1 TIMOTEO 3:15B (DHH)

ERES LLAMADO A PERTENECER, NO SOLO A CREER.

Incluso en el entorno perfecto y sin pecado, en el jardín del Edén, Dios dijo: «No es bueno que el hombre esté solo».1 Fuimos creados para vivir en comunidad, para la comunión y para tener una familia, y no podemos cumplir los propósitos de Dios solos.

En la Biblia no hay ningún ejemplo de santos solitarios o ermitaños espirituales aislados de otros creyentes y privados de la comunión. La Biblia dice que formamos un cuerpo, somos sus miembros, hemos sido edificados juntamente, formamos articulaciones, somos herederos conjuntos, estamos sostenidos y ajustados en conjunto, y seremos arrebatados juntos.Ya no podemos valernos por nosotros mismos.

Aunque nuestra relación con Cristo es personal, la intención de Dios no es que sea privada. En la familia de Dios estamos conectados con todos los demás creyentes, y nos pertenecemos mutuamente por la eternidad. La Biblia dice: «También nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás».

Seguir a Cristo implica participación, no solamente creer. Somos miembros de su cuerpo: la iglesia. C.S. Lewis señaló que la palabra miembro tiene un origen cristiano, pero que el mundo la ha vaciado de su significado original. Las casas comerciales ofrecen descuentos a sus «miembros» y los publicistas usan los nombres de sus miembros para crear listas de correspondencia. En muchas iglesias, la membresía suele reducirse a agregar tu nombre a un registro, sin más requisito ni obligaciones.

Para Pablo, ser «miembro» de la iglesia significaba ser un órgano vital de un cuerpo con vida, una parte indispensable y ligada al cuerpo de Cristo. Necesitamos recuperar y poner en práctica el significado bíblico de ser miembro. La iglesia es un cuerpo, no un edificio; es un organismo, no una organización.

Para que los órganos de tu cuerpo cumplan su propósito, deben estar conectados al cuerpo. Lo mismo es cierto en tu caso, como parte del cuerpo de Cristo. Dios te creó para desempeñar un papel específico, pero si no te vinculas a una iglesia viva y local, te perderás el segundo propósito de tu vida. Descubrirás tu papel en la vida mediante tu relación con los demás.

La Biblia dice en Romanos 12:4-5: «El sentido de cada una de las partes lo da el cuerpo en su totalidad y no al contrario. Estamos hablando del cuerpo de Cristo formado por su pueblo elegido. Cada uno de nosotros encontramos nuestro sentido y función como parte de su cuerpo. Si somos un dedo de la mano o del pie cortados y sueltos, no servimos de mucho, ¿no?».

Reflexión:

Descubrirás tu papel en la vida mediante tu relación con los demás.


Day 17 • A Place to Belong

You are members of God’s very own family, citizens of God’s country, and you belong in God’s household with every other Christian. EPHESIANS 2:19B (LB)

God’s family is the church of the living God, the pillar and foundation of the truth. 1 TIMOTHY 3:15B (GWT)

YOU ARE CALLED TO BELONG, NOT JUST BELIEVE.

Even in the perfect, sinless environment of Eden, God said, “It is not good for man to be alone.” We are created for community, fashioned for fellowship, and formed for a family, and none of us can fulfill God’s purposes by ourselves.

The Bible knows nothing of solitary saints or spiritual hermits isolated from other believers and deprived of fellowship. The Bible says we are put together, joined together, built together, members together, heirs together, fitted together, and held together and will be caught up together. You’re not on your own anymore.

While your relationship to Christ is personal, God never intends it to be private. In God’s family you are connected to every other believer, and we will belong to each other for eternity. The Bible says, “In Christ we who are many form one body, and each member belongs to all the others.” 

Following Christ includes belonging, not just believing. We are members of his Body — the church. C. S. Lewis noted that the word membership is of Christian origin, but the world has emptied it of its original meaning. Stores offer discounts to “members,” and advertisers use member names to create mailing lists. In churches, membership is often reduced to simply adding your name to a roll, with no requirements or expectations.

To Paul, being a “member” of the church meant being a vital organ of a living body, an indispensable, interconnected part of the Body of Christ. We need to recover and practice the biblical meaning of membership. The church is a body, not a building; an organism, not an organization.

For the organs of your body to fulfill their purpose, they must be connected to your body. The same is true for you as a part of Christ’s Body. You were created for a specific role, but you will miss this second purpose of your life if you’re not attached to a living, local church. You discover your role in life through your relationships with others. The Bible tells us, “Each part gets its meaning from the body as a whole, not the other way around. The body we’re talking about is Christ’s body of chosen people. Each of us finds our meaning and function as a part of his body. But as a chopped-off finger or cut-off toe we wouldn’t amount to much, would we?”

Reflection:

We discover our role in life through our relationships with others.