Gozo inquebrantable

Aunque falte el producto del olivo, y los campos no produzcan alimento [. . .] me regocijaré en el Dios de mi salvación.

HABACUC 3:17-18

A veces vislumbramos tiempos difíciles en el horizonte. Para el profeta Habacuc, fue la brutal conquista de su país, Judá, por los babilonios. Habacuc previó lo sombría que sería aquella invasión hostil. Al final, todo sería destruido, la economía agraria quedaría diezmada y el pueblo sería llevado al cautiverio.

Sin embargo, en ese momento crucial, cuando la ansiedad podría haberlo abrumado, Habacuc declaró su fe inquebrantable en Dios. Afirmó que el Señor soberano, que gobierna sobre todos los pueblos y naciones, es la esperanza de su vida. Dios mismo era el regocijo de Habacuc.

Tal debería ser también nuestra respuesta. En las buenas y en las malas, Dios está cumpliendo sus propósitos, y nada escapa a su poder. Por lo tanto, no hay nada que pueda frustrar sus planes para nosotros, planes que son agradables. Las temporadas difíciles nunca son una excusa para el desánimo; más bien, son una oportunidad para ver a Jesús trabajar en nuestras circunstancias y confiar en su obrar. Él nos da fuerzas para el camino, nos prepara para un mayor servicio y nos ayuda a salir adelante. Y siempre podemos encontrar nuestro gozo en Él.

Oración:

Jesús, tú eres mi gozo pese a lo que pase. Amén.


Joy Regardless

Though the olive crop fails and the fields produce no food . . . I will be joyful in God my Savior.
HABAKKUK 3:17–18 NIV


Sometimes we may catch a glimpse of difficult times coming on the horizon. For the prophet Habakkuk, it was the brutal conquest of his country, Judah, by the Babylonians. Habakkuk foresaw how grim the hostile invasion would be. Eventually, everything would be destroyed, the agrarian economy would be decimated, and the people would be carried off to captivity.


Yet, at that crucial moment, when the anxiety could have overwhelmed him, Habakkuk stated his unwavering faith in God. He affirmed that the sovereign Lord, who rules over all people and nations, is the hope of his life. God Himself was Habakkuk’s joy.


Such should be our response as well. In good times and bad, God is working out His purposes, and nothing is outside His power. Therefore, there isn’t anything that can thwart His ultimate plans for us —plans that are good. Challenging seasons are never an excuse for discouragement; rather, they’re an opportunity to see Jesus work in our circumstances and trust Him for the outcome. He gives us strength for the journey, prepares us for greater service, and sees us through. And we can always find our joy in Him.


Prayer:
Jesus, I’ll find my joy in You regardless of what happens. Amen.