El Espíritu de Dios me ha creado; me infunde vida el hálito del Todopoderoso. —Job 33:4
Un día me encontré luchando a fin de explicarles a mis hijas que aunque no podemos ver a Jesús y sentir sus brazos alrededor de nosotros, él es una persona real. Después de discutir este concepto por unos minutos, mi hija de seis años, Isabel, finalmente me dijo: «Mami, ya lo entendí. Jesús es una persona de aire».
Versículos para el estudio adicional:
Efesios 1:13
Efesios 2:1, 4-5, 12
Romanos 5:5
Romanos 8:26
Isabel estaba solo declarando lo que era evidente para ella: que no puede ver a Jesús con sus ojos, pero sabe que se encuentra ahí. Y está en lo cierto. Jesús es una persona real, no un amigo imaginario o el personaje de ficción de una historia. Es tan real como el aire que respiramos. Así como nuestros cuerpos no pueden sobrevivir sin oxígeno, tampoco nosotros podemos vivir separados de Cristo. Sí, podemos meramente existir, pero sin él nuestras vidas no tienen sentido y están vacías.
No quiero olvidar jamás lo que era mi vida antes de que Jesús me salvara. Estaba muerta en medio de mis pecados, sin esperanza y sin Dios. Iba rumbo a un camino de destrucción. No obstante, un día de verano hace más de treinta años, Dios me rescató del reino de las tinieblas y me hizo renacer en Cristo. También depositó su Santo Espíritu en mi corazón, de modo que nunca estuviera lejos de su presencia.
Si conoces al Señor, su Espíritu vive en ti. Tus ojos tal vez no lo vean, pero él está ahí. Este regalo precioso, que es también tu Consolador, Consejero, Intercesor, Maestro y Amigo, siempre está contigo, infundiendo su vida dentro de ti para que puedas vivir de verdad.
Oración:
Dios, gracias por darme la vida, tanto física como espiritualmente, y por enviar a tu Espíritu Santo a morar en mí, de modo que nunca más esté solo.
The Breath of Life
The Spirit of God has made me; the breath of the Almighty gives me life. — Job 33:4
Verses for additional study: Ephesians 1:13
Ephesians 2:1,4 – 5, 12
Romans 5:5
Romans 8:26
One day I found myself struggling to explain to my daughters that even though we can’t see Jesus and feel his arms around us, he is a real person. After discussing this concept for a few minutes, my six-year-old, Isabel, finally said, “Mommy, I get it. Jesus is an air person. “
Isabel was simply stating what is obvious to her: she can’t see Jesus with her eyes, but she knows he’s there. And she’s exactly right Jesus is a real person, not some imaginary friend or a fictional character in a story. He’s as real as the air we breathe. Just as our bodies are not able to survive without oxygen, we cannot live apart from Christ. Oh, we can exist just fine, but without him our lives are meaningless and empty.
I don’t ever want to forget what my life was like before Jesus saved me. I was dead in my sins, without hope and without God. I was headed down a path to destruction. But one summer day more than thirty years ago, God rescued me from the kingdom of darkness and made me alive in Christ. He also implanted his Holy Spirit into my heart so that I would never be away from his presence.
If you know the Lord, his Spirit lives in you. Your eyes may not see him, but he is there. This precious gift, who is also your Comforter, Counselor, Intercessor, Teacher, and Friend, is always with you, breathing his life into you so you can truly live.
Prayer:
God, thank you for giving me life, both physically and spiritually, and for sending your Holy Spirit to live in me so I would never be alone.