“……¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios. 1 Corintios 6:19-20
¿Cómo puedo resistir la tentación de deshonrar mi cuerpo incluso cuando parece divertido o se considera que esto está de moda?
La presión de grupo no es una broma, especialmente en la adolescencia. Es posible que lo presionen para faltar a la escuela, o para hacer trampa en los exámenes o inclusive hacer trampa en su equipo deportivo para ayudarlos a ganar. Puedes intentar encajar con los chicos populares de la escuela haciendo otras cosas dañinas para tu cuerpo, como fumar cigarrillos o marihuana.
Es importante recordar: no eres tuyo. Cuando quieres hacer cosas que dañan tu cuerpo, no estás honrando a Dios ni protegiéndote a ti mismo. Tu cuerpo es un templo santo, alquilado por Dios. Tu cuerpo es una Iglesia del Espíritu Santo. Puedes resistir la tentación de deshonrar tu cuerpo pidiéndole a Dios que te recuerde que esas sustancias dañan tu cuerpo. Honra tu cuerpo protegiéndolo de las drogas, la bebida o el tabaco.
Siempre que enfrentes decisiones que puedan dañar tu cuerpo, puedes decir esta oración:
“Señor, por favor ayúdame a proteger mi cuerpo y a honrarlo a toda costa. Incluso si eso significa no encajar con “la multitud”.
Honor My Body
“……Do you not know that your bodies are temples of the Holy Spirit, who is in you, whom you have received from God? You are not your own; you were bought at a price. Therefore, honor God with your bodies.” 1 Corinthians 6:19-20
How can I resist the temptation to dishonor my body even when it looks fun or is seen as the “in” thing to do?
Peer pressure is no joke, especially as a teenager. You may be pressured to skip school, cheat on tests, or cheat on your sports team to help them win. You may try to fit with the popular kids at school by doing other harmful things to your body, such as smoking cigarettes or marijuana.
It’s important to remember: you are not your own. When you want to do things that harm your body, you’re not honoring God or protecting yourself. Your body is a holy temple, on rent to you from God. Your body is a Church of the Holy Spirit. You can resist the temptation of dishonoring your body by asking God to remind you that those substances do harm to your body. Honor your body by protecting it from drugs, drinking, or smoking.
Whenever you face choices that might harm your body, you can say this prayer:
“Lord, please help me to protect my body and honor it at all costs. Even if it means not fitting in with the “the in-crowd.”