Pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.
(Romanos 3:23-24)
El pecado es un problema para todos, pero Jesús es también la respuesta para todos. Ningún problema es realmente un problema mientras haya una respuesta para él.
No solo estamos destituidos de la gloria de Dios, sino que de acuerdo con Romanos 3:23, estamos actualmente destituidos. Esto indica que es un problema continuo; sin embargo, Jesús está continuamente a la derecha del Padre, haciendo intercesión por nosotros, por lo que este continuo problema de pecado tiene una respuesta continua e ininterrumpida.
Aunque tratamos con el pecado, no tenemos que centrarnos en nuestros fallos. Cuando nos condenan por el pecado, podemos admitirlo, arrepentirnos y luego volvernos hacia Jesús. Al enfocarnos en Él y en su Palabra, recibiremos el poder de vencer.
Pensamiento del día
La Palabra de Dios nos enseña a apartarnos de todo lo que nos distraiga para ir a Jesús, que es el autor y el fin de nuestra fe (ver Hebreos 12:2).
Profundice en la Palabra de Dios: 1 Juan 1:6-10; Lucas 5:31-32
The Answer to the Sin Problem
Since all have sinned and continually fall short of the glory of God, and are being justified [declared free of the guilt of sin, made acceptable to God, and granted eternal life] as a gift by His [precious, undeserved] grace, through the redemption [the payment for our sin] which is [provided] in Christ Jesus.
(Romans 3:23–24)
Sin is a problem for everyone, but Jesus is also the answer for everyone. No problem is really a problem as long as there is an answer for it.
Not only have we fallen short of the glory of God, but according to Romans 3:23, we are currently falling short. This indicates it is a continual problem, yet Jesus is continually at the right hand of the Father, making intercession for us, so this continual problem of sin has a continual and uninterrupted answer.
Although we deal with sin, we don’t have to focus on our failures. When we are convicted of sin, we can admit it, repent, and then turn toward Jesus. By focusing on Him and His Word, we will receive the power to overcome.
Today’s Thought
God’s Word teaches us to turn away from all that will distract us unto Jesus, who is the author and finisher of our faith (see Hebrews 12:2).
Dig Deeper into God’s Word: Study 1 John 1:6–10; Luke 5:31–32