Un café con Dios

Me anticipo al alba y clamo; en tus palabras espero. 
SALMO 119:147 (LBLA) 

¿Cómo son tus mañanas? ¿Te levantas antes de lo necesario, ansiosa por empezar el día, o prefieres pedirle cinco minutitos más al despertador? Si eres de las segundas, ¿empiezas tu día con Dios?


Varias veces en la Palabra se nos anima a ser personas mañaneras. Para algunos este consejo no es ni siquiera necesario; para otros, parece completamente fuera de nuestro alcance. «Es que yo no soy así», decimos. Pues quizá, en este caso, lo que nos hace falta es… empezar a ser así. Si supieras que tienes una cita para tomar café con el Padre, ¿necesitarías siquiera un despertador?


Oración:
Señor, no quiero perderme ni un minuto contigo. Empezar mi día en tu Palabra, empapándome de tu sabiduría, es un gozo y un privilegio. Ya sea por primera o por milésima vez, quiero pasar los primeros minutos de cada día a solas contigo.


Coffee with God

I rise before dawn and cry for help; I wait for Your words. 
PSALM 119:147 NASB 

How is morning for you? Do you rise before you need to, eager to start your day, or is the snooze button your best friend? If you are in the former group, do you begin your day with God?

Numerous times in Scripture, we are encouraged to be morning people. For some, this advice is not even necessary; for others, it seems impossibly out of reach. “I’m just not wired that way,” we say. Perhaps, if this is us, a rewiring is in order. If you knew you had a coffee date with the Father, would you even need an alarm?


Prayer:
Lord, I don’t want to miss a minute with you. Beginning my day in your Word, soaking up your wisdom, is a joy and a privilege. Whether for the first or the thousand and first time, I desire to spend the first minutes of every day alone with you.