La medida de mis días

Hazme saber, Jehová, mi fin, y cuánta sea la medida de mis días; sepa yo cuán frágil soy. 
SALMO 39:4 (RV60) 

La vida nos ataca por todos los lados: estrés, presión, decisiones y agendas muy apretadas. Mientras vivimos y actuamos a toda prisa, inmersos en el día a día, nos olvidamos de la realidad inmemorial de que la vida pasa muy rápidamente. Si nos detenemos, como hizo el salmista, para poder tener presente lo efímera que es la vida, empezamos a ser conscientes de que lo que antes era apremiante ahora es más que trivial; lo que antes era urgente es, en realidad, insignificante.

Si conocemos la medida de nuestros días y somos conscientes de nuestra efímera existencia sobre esta tierra, podemos dejar de dedicar nuestra energía a las presiones del día a día y volcarnos en los propósitos celestiales, que son eternos.

Oración:

Enséñame, Señor, a contar mis días. Dame una visión eterna para poder vivir para las cosas que realmente son importantes y no dedicar tanto tiempo a perseguir lo que no es eterno.


Measured Days

LORD, let me know my end, and what is the measure of my days; let me know how fleeting my life is. 
PSALM 39:4 NRSV 

Life throws all kinds of things at us. Stress, pressure, decisions, and busy schedules. When we are living, rushed in the midst of our own lives, we forget the age-old reality that life passes very quickly. If we stop—as the Psalmist did—in full awareness of a fleeting life, we begin to recognize that what was once pressing is really trivial, and what was once urgent is actually insignificant.


By numbering our days and being mindful of our own fleeting existence on earth, we can spend our energies not on the pressures of earth, but rather on the purposes of heaven, which will last forever.

Prayer:
Teach me, Lord, to number my days. Give me eternal vision so that I can live my life for the things that truly matter and not spend so much of my time pursuing what won’t last.