Su obra, no la mía

Dios es tan rico en gracia y bondad que compró nuestra libertad con la sangre de su Hijo y perdonó nuestros pecados. EFESIOS 1:7 (NTV) 

Cuando bajamos la guardia, nos quitamos las máscaras y abrimos realmente nuestros corazones y mentes ante Dios, no podemos evitar sentirnos expuestos ante su mirada. Él sabe todo lo que hemos dicho, todo lo que hemos pensado y todo lo que hemos hecho. Pero, cuando nos veamos así de vulnerables, debemos ser conscientes de que da igual lo que hayamos hecho ese día, esa semana o ese año… A sus ojos somos, simplemente, sus amados.

En nuestra humanidad, nos cuesta comprender la verdad de que no hay nada que podamos hacer para que Dios nos ame más o menos. Esta verdad (que en teoría debería resultarnos significativamente liberadora) acaba por asustarnos. Somos conscientes de que es algo que escapa completamente a nuestro control. Lo bonito es que la gracia siempre será su obra, no la nuestra.


Oración:
Padre celestial, gracias por tu gracia. Gracias porque da igual lo que haya hecho: tú solo verás la redención de tu Hijo cuando me mires. Gracias por la gracia que no puedo comprender y por un amor que me envuelve con tanta fuerza.


Nothing of My Own

He is so rich in kindness and grace that he purchased our freedom with the blood of his Son and forgave our sins. EPHESIANS 1:7 NLT 

When we let down our guard and pretenses, and we truly open our hearts and minds before God, we cannot help but feel exposed in his sight. Everything we’ve said, everything we’ve thought, everything we’ve done is known by him. But in that vulnerability, we must understand that no matter what we’ve done that day, that week, that year, we are simply seen in his eyes as beloved.

It is hard for us to humanly comprehend the truth that there is nothing we can do to make God love us any more or any less. This truth which, in theory, should remarkably free us, ultimately scares us. We know that we are completely out of control. The beauty is that grace will always be his work—and nothing of our own.


Prayer:
Heavenly Father, thank you for your grace. Thank you that no matter what I’ve done, you will only see your Son’s redemption when you look at me. Thank you for the grace I can’t understand, and the love I’m so deeply enveloped in.