26Mar – DÍA 36/Sexta parte – Hecho para una misión

Nadie que mire atrás después de poner la mano en el arado es apto para el reino de Dios.

LUCAS 9:62 (NVI)

Uno más para Cristo Mi padre fue ministro por más de cincuenta años, sirviendo la mayoría del tiempo en pequeñas iglesias rurales. Era un simple predicador, pero era un hombre con una misión. Su actividad favorita era llevar equipos de voluntarios al extranjero para construirles templos a congregaciones pequeñas. En el transcurso de su vida, mi papá construyó más de ciento cincuenta iglesias alrededor del mundo.

En 1999 mi padre murió de cáncer. La última semana de su vida la enfermedad lo mantuvo despierto en un estado parcialmente consciente cerca de veinticuatro horas al día. Como soñaba, hablaba en voz alta lo que había visto. Sentado a su lado, aprendí mucho acerca de él con solo oír sus sueños. Él revivió cada uno de los proyectos de construcción de las iglesias que llevó a cabo, uno tras otro.

Una noche cercana a su final, mientras mi esposa, mi sobrina y yo estábamos a su lado, de repente papá comenzó a moverse y a tratar de salir de la cama. Por supuesto, estaba muy débil y mi esposa insistió en que debía quedarse acostado. Pero él persistía en tratar de levantarse de la cama, así que mi esposa finalmente le preguntó: «Jimmy, ¿qué estás tratando de hacer?». Él contestó: «¡Voy a salvar a uno más para Cristo! ¡Voy a salvar a uno más para Cristo! ¡Voy a salvar a uno más para Cristo!». Y comenzó a repetir la frase una y otra vez.

Durante una hora, pronunció la frase tal vez unas cien veces. «¡Voy a salvar a uno más para Jesús!». Yo estaba sentado en su cama con las lágrimas rodando por mis mejillas, y bajé mi cabeza para darle gracias a Dios por la fe de mi padre. En aquel momento papá puso su mano frágil en mi cabeza y dijo, como una orden: «¡Salva a uno más para Jesús! ¡Salva a uno más para Cristo!».

Quiero hacer de esto el tema del resto de mi vida. Así que te invito a considerarlo como algo especial para tu vida, porque nada hará mayor diferencia en la eternidad. Si quieres ser usado por Dios, debes tener cuidado de lo que Dios cuida, y lo que a él más le interesa es la redención de las personas que hizo. ¡Él quiere hallar a sus hijos perdidos! Nada le importa más; la cruz lo comprueba. Oro que siempre veas dónde puedes alcanzar a «uno más para Cristo» de modo que cuando estés delante de Dios un día, puedas decir: «¡Misión cumplida!».

DÍA 36

Pensando en mi propósito

PUNTO DE REFLEXIÓN:

Fui hecho para una misión.

VERSÍCULO PARA RECORDAR:

«Vayan y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes. Y les aseguro que estaré con ustedes siempre, hasta el fin del mundo».

Mateo 28:19-20 (NVI).

PREGUNTA PARA CONSIDERAR:

¿Qué temores me detienen para cumplir la misión de Dios y poder terminarla? ¿Qué me detiene para hablarles a otros de las buenas nuevas?



DAY 36/Sixth part – Made for a Mission

Anyone who lets himself be distracted from the work I plan for him is not fit for the Kingdom of God.

LUKE 9:62 (LB)

One More for Jesus

My father was a minister for over fifty years, serving mostly in small, rural churches. He was a simple preacher, but he was a man with a mission. His favorite activity was taking teams of volunteers overseas to build church buildings for small congregations. In his lifetime, Dad built over 150 churches around the world.

In 1999, my father died of cancer. In the final week of his life the disease kept him awake in a semi-conscious state nearly twenty-four hours a day. As he dreamed, he would talk out loud about what he was dreaming. Sitting by his bedside, I learned a lot about my dad by just listening to his dreams. He relived one church building project after another.

One night near the end, while my wife, my niece, and I were by his side, Dad suddenly became very active and tried to get out of bed. Of course, he was too weak, and my wife insisted he lay back down. But he persisted in trying to get out of bed, so my wife finally asked, “Jimmy, what are you trying to do?” He replied, “Got to save one more for Jesus! Got to save one more for Jesus! Got to save one more for Jesus!” He began to repeat that phrase over and over.

During the next hour, he said the phrase probably a hundred times. “Got to save one more for Jesus!” As I sat by his bed with tears flowing down my cheeks, I bowed my head to thank God for my dad’s faith. At that moment Dad reached out and placed his frail hand on my head and said, as if commissioning me, “Save one more for Jesus! Save one more for Jesus!”

I intend for that to be the theme of the rest of my life. I invite you to consider it as a focus for your life, too, because nothing will make a greater difference for eternity. If you want to be used by God, you must care about what God cares about; what he cares about most is the redemption of the people he made. He wants his lost children found! Nothing matters more to God; the Cross proves that. I pray that you will always be on the lookout to reach “one more for Jesus” so that when you stand before God one day, you can say, “Mission accomplished!”

DAY 36

Thinking about My Purpose

POINT TO PONDER:

I was made for a mission.

VERSE TO REMEMBER:

“Go and make disciples of all nations, baptizing them in the name of the Father and of the Son and of the Holy Spirit, and teaching them to obey everything I have commanded you. And surely I am with you always, to the very end of the age.” MATTHEW 28:19 — 20 (NIV)

QUESTION TO CONSIDER:

What fears have kept me from fulfilling the mission God made me to accomplish? What keeps me from telling others the Good News?