Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.
SANTIAGO 1:4 (RVR60)
No te apresures
Mientras creces hacia la madurez espiritual, hay varias maneras de cooperar con Dios en el proceso.
Cree que Dios está trabajando en tu vida aun cuando no lo sientas. El crecimiento espiritual es a veces un trabajo tedioso, en el cual se avanza un pequeño paso a la vez. Espera un progreso gradual. La Biblia dice: «Todo sobre la tierra tiene su propio tiempo y su propia estación». En tu vida espiritual también hay estaciones. A veces experimentarás un crecimiento intenso por un tiempo corto (primavera) seguido de un periodo de estabilización y prueba (otoño e invierno).
¿Qué hay de esos problemas, hábitos y heridas que te gustaría que desaparecieran? Está muy bien orar por un milagro, pero no te decepciones si la respuesta llega mediante un cambio gradual. Con el tiempo, un flujo lento y firme de agua erosiona la piedra más dura y convierte las rocas gigantes en guijarros. Con el tiempo, un pequeño brote puede convertirse en un árbol gigante que supere los cien metros de altura.
Ten un cuaderno o diario para anotar las lecciones aprendidas. Este no es un diario de acontecimientos, sino un registro de lo que estás aprendiendo. Apunta los descubrimientos y lecciones que Dios te enseña acerca de él, de ti, la vida, las relaciones y todo lo demás. Anótalos para que puedas repasarlos y recordarlos y trasmitírselos a la siguiente generación. La razón por la cual debemos volver a aprender las lecciones es porque las olvidamos. El repaso periódico de tu diario espiritual te puede evitar mucho sufrimiento y dolor innecesarios. La Biblia dice: «Es necesario que prestemos más atención a lo que hemos oído, no sea que perdamos el rumbo».
Sé paciente con Dios y contigo mismo. Una de las frustraciones de la vida consiste en que el programa de Dios raramente es igual al nuestro. A menudo tenemos prisa, pero Dios no. Es posible que te sientas frustrado con el progreso aparentemente lento que estás experimentando. Recuerda que Dios nunca anda deprisa, pero siempre llega a tiempo. Él usará toda tu vida preparándote para tu papel en la eternidad.
Reflexión:
Dios nunca anda deprisa, pero siempre llega a tiempo.
DAY 28/Fourth part • It Takes Time
Don’t try to get out of anything prematurely. Let it do its work so you become mature and well-developed. JAMES 1:4 (MSG)
Don’t Get in a Hurry
As you grow to spiritual maturity, there are several ways to cooperate with God in the process.
Believe God is working in your life even when you don’t feel it. Spiritual growth is sometimes tedious work, one small step at a time. Expect gradual improvement. The Bible says, “Everything on earth has its own time and its own season.” There are seasons in your spiritual life, too. Sometimes you will have a short, intense burst of growth (springtime) followed by a period of stabilizing and testing (fall and winter).
DAY 28:
It Takes Time
What about those problems, habits, and hurts you would like miraculously removed? It’s fine to pray for a miracle, but don’t be disappointed if the answer comes through a gradual change. Over time, a slow, steady stream of water will erode the hardest rock and turn giant boulders into pebbles. Over time, a little sprout can turn into a giant redwood tree towering 350 feet tall.
Keep a notebook or journal of lessons learned. This is not a diary of events, but a record of what you are learning. Write down the insights and life lessons God teaches you about him, about yourself, about life, relationships, and everything else. Record these so you can review and remember them and pass them on to the next generation. The reason we must relearn lessons is that we forget them. Reviewing your spiritual journal regularly can spare you a lot of unnecessary pain and heartache. The Bible says, “It’s crucial that we keep a firm grip on what we’ve heard so that we don’t drift off.”
Be patient with God and with yourself. One of life’s frustrations is that God’s timetable is rarely the same as ours. We are often in a hurry when God isn’t. You may feel frustrated with the seemingly slow progress you’re making in life. Remember that God is never in a hurry, but he is always on time. He will use your entire lifetime to prepare you for your role in eternity.
Reflection:
God is never in a hurry, but he is always on time.