Nuestras vidas gradualmente se vuelven más luminosas y hermosas mientras Dios entra en ellas y llegamos a ser como él.
2 CORINTIOS 3:18 (PAR)
Tememos enfrentar con humildad la verdad acerca de nosotros mismos. Ya he señalado que la verdad nos hará libres, pero a menudo primero nos hace sentir infelices. El temor de lo que podríamos descubrir si enfrentáramos con sinceridad nuestros defectos de carácter nos mantiene presos en la negación. Solo en la medida que permitamos que Dios, con la luz de su verdad, ilumine nuestros defectos, fracasos y complejos, podremos empezar a trabajar en ellos. Por eso no podemos crecer sin una actitud humilde y una buena disposición para aprender.
A menudo el crecimiento es doloroso y nos asusta. No hay crecimiento sin cambio, no hay cambio sin temor o pérdida, y no hay pérdida sin dolor. Todo cambio involucra alguna clase de pérdida: debes desprenderte de las viejas costumbres para poder experimentar las nuevas. Tenemos miedo de estas pérdidas, aun cuando nuestros viejos hábitos significaban nuestra propia derrota, porque como ocurre con un par de zapatos gastados, al menos son cómodos y familiares.
A menudo las personas construyen su identidad alrededor de sus defectos. Suelen decir: «Es que así soy yo cuando…» y «Así es como soy». La preocupación inconsciente es que si abandono mi hábito, mi herida o mi complejo, ¿quién seré? Este temor definitivamente puede frenar tu crecimiento.
Desarrollar hábitos lleva tiempo. Recuerda que tu carácter es la suma de todos tus hábitos. No puedes decir que eres amable a menos que por costumbre lo seas y muestres tu gentileza aun sin pensarlo. No puedes decir que eres íntegro a menos que tengas por hábito ser siempre sincero. ¡Un marido que es fiel a su esposa la mayor parte del tiempo no es fiel en absoluto! Sus hábitos definen su carácter.
DÍA 28:
Requiere tiempo
Hay solo una manera de desarrollar los hábitos de un carácter semejante al de Cristo: Practicarlos… ¡y eso toma tiempo! No existen hábitos instantáneos.
Pablo instó a Timoteo: «Practica estas cosas. Consagra tu vida a ellas para que todos puedan ver tu progreso».
Si practicas algo durante un tiempo, te perfeccionas en eso. La repetición es la madre del carácter y la habilidad. Estos hábitos que edifican el carácter se llaman a menudo «disciplinas espirituales», y hay docenas de grandes libros que pueden enseñarte cómo practicarlas. Sugiero que leas los mejores para tu crecimiento espiritual.
Reflexión:
No hay crecimiento sin cambio, no hay cambio sin temor o pérdida, y no hay pérdida sin dolor.
DAY 28/Third part • It Takes Time
Our lives gradually become brighter and more beautiful as God enters our lives and we become like him.
2 CORINTHIANS 3:18 (MSG)
We are afraid to humbly face the truth about ourselves. I have already pointed out that the truth will set us free but it often makes us miserable first. The fear of what we might discover if we honestly faced our character defects keeps us living in the prison of denial. Only as God is allowed to shine the light of his truth on our faults, failures, and hang-ups can we begin to work on them. This is why you cannot grow without a humble, teachable attitude.
Growth is often painful and scary. There is no growth without change; there is no change without fear or loss; and there is no loss without pain. Every change involves a loss of some kind: You must let go of old ways in order to experience the new. We fear these losses, even if our old ways were self-defeating, because, like a worn out pair of shoes, they were at least comfortable and familiar.
People often build their identity around their defects. We say, “It’s just like me to be . . .” and “It’s just the way I am.” The unconscious worry is that if I let go of my habit, my hurt, or my hang-up, who will I be? This fear can definitely slow down your growth.
Habits take time to develop. Remember that your character is the sum total of your habits. You can’t claim to be kind unless you are habitually kind — you show kindness without even thinking about it. You can’t claim to have integrity unless it is your habit to always be honest. A husband who is faithful to his wife most of the time is not faithful at all! Your habits define your character.
There is only one way to develop the habits of Christlike character: You must practice them — and that takes time! There are no instant habits. Paul urged Timothy, “Practice these things. Devote your life to them so that everyone can see your progress.”
If you practice something over time, you get good at it. Repetition is the mother of character and skill. These character-building habits are often called “spiritual disciplines,” and there are dozens of great books that can teach you how to do these. See appendix 2 for a recommended reading list of books for spiritual growth.
Reflection:
There is no growth without change, no change without fear or loss, and no loss without pain.