20Feb • Día 32 / 3ra Parte • Usa lo que Dios te ha dado

Haz una exploración cuidadosa de quién eres y el trabajo que estás haciendo para que entonces te sumerjas en él.

GÁLATAS 6:4 (PAR)

Raras veces vemos el buen propósito de Dios en el dolor, el fracaso o la vergüenza mientras lo vivimos. Cuando Jesús le lavó los pies a Pedro, le dijo: «Ahora no entiendes lo que estoy haciendo… pero lo entenderás más tarde». Solo en retrospectiva entendemos cómo Dios usa los problemas para bien.

Extraer las lecciones de tus experiencias toma tiempo. Te recomiendo que dediques un fin de semana completo para un retiro y hagas una revisión de tu vida, en la que puedas hacer un alto para que veas cómo Dios ha trabajado en los momentos decisivos de tu existencia y consideres cómo quiere que uses esas lecciones para ayudar a otros. Hay recursos que pueden ayudarte en esto.

Acepta y disfruta tu forma

Dado que Dios conoce lo que es mejor para ti, deberías aceptar con gratitud cómo te hizo. La Biblia dice: «¿Qué derechos tienes tú, un ser humano, para interrogar a Dios? La vasija no tiene derecho de decirle al alfarero: “¿Por qué me hiciste de esta forma?” ¡Sin duda el alfarero puede hacer lo que quiera con la arcilla!» 

Tu forma fue determinada soberanamente por Dios para su propósito, de manera que no debes resentirte o rechazarla. En vez de tratar de reformarla tú mismo para parecerte a alguien, deberías celebrar la forma única que Dios te dio. «Cristo nos ha dado a cada uno de nosotros habilidades especiales, lo que él quiere que tengamos de su bodega rica en dones».

Parte de aceptar tu forma es reconocer tus limitaciones. Nadie es bueno en todas las cosas, y ninguno es llamado a hacerlas todas. Cada uno tiene sus roles definidos. Pablo entendió que su llamado no era a fin de llevar a cabo todas las cosas o complacer a cada uno, sino que se enfocó solo en el ministerio particular que Dios le había dado. Pablo dijo: «Nuestra meta es estar dentro de los límites del plan de Dios para nosotros».

La palabra límites se refiere al hecho de que Dios le asigna a cada uno un área o campo de acción para el servicio. Tu forma determina tu especialidad. Cuando tratamos de ampliar demasiado nuestro ministerio, más allá del radio de acción para el que Dios nos ha formado, sufrimos estrés. Así como en una competencia a cada corredor se le da un carril para que corra en él, individualmente debemos «correr con paciencia la carrera particular que Dios ha puesto delante de nosotros». No tengas envidia de los corredores de la línea próxima a la tuya, solo enfócate en terminar tu carrera.

Reflexión:

Examina tus antecedentes y extrae las lecciones que aprendiste.


DAY 32/Third part • Using What God Gave You

Make a careful exploration of who you are and the work you have been given, and then sink yourself into that.

GALATIANS 6:4 (MSG)

We rarely see God’s good purpose in pain or failure or embarrassment while it is happening. When Jesus washed Peter’s feet, he said, “You do not realize now what I am doing, but later you will understand.” 6 Only in hindsight do we understand how God intended a problem for good. Extracting the lessons from your experiences takes time. I recommend that you take an entire weekend for a life review retreat, where you pause to see how God has worked in the various defining moments of your life and consider how he wants to use those lessons to help others. There are resources that can help you do this. 7 Accept and Enjoy Your Shape Since God knows what’s best for you, you should gratefully accept the way he has fashioned you. The Bible says, “What right have you, a human being, to cross-examine God? The pot has no right to say to the potter: ‘Why did you make me this shape?’ Surely a potter can do what he likes with the clay!” 8 Your shape was sovereignly determined by God for his purpose, so you shouldn’t resent it or reject it. Instead of trying to reshape yourself to be like someone else, you should celebrate the shape God has given only to you. “Christ has given each of us special abilities — whatever he wants us to have out of his rich storehouse of gifts.” 9 Part of accepting your shape is recognizing your limitations. Nobody is good at everything, and no one is called to be everything. We all have defined roles. Paul understood that his calling was not to accomplish everything or please everyone but to focus only on the particular ministry God had shaped him for.  He said, “Our goal is to stay within the boundaries of God’s plan for us.” 

The word boundaries refers to the fact that God assigns each of us a field or sphere of service. Your shape determines your specialty. When we try to overextend our ministry reach beyond what God shaped us for, we experience stress. Just as each runner in a race is given a different lane to run in, we must individually “run with patience the particular race that God has set before us.” Don’t be envious of the runner in the lane next to you; just focus on finishing your race.

Reflection:

Examine your experiences and extract the lessons you have learned.