17Dic – Día 26 / 2da Parte • Crecimiento a través de la tentación

¡Tengan cuidado! No permitan que los malos pensamientos o las dudas hagan que alguno de ustedes se aparte del Dios vivo.

HEBREOS 3:12 (PAR)

Por ejemplo, Dios nos enseña a amar poniéndonos personas desagradables a nuestro alrededor. No requieres fuerza de voluntad para amar a las personas que son encantadoras y amorosas contigo. Dios nos enseña el verdadero gozo en medio de la tristeza cuando nos volvemos a él. La felicidad depende de las circunstancias externas, pero el gozo está basado en tu relación con Dios.

Dios desarrolla la paz verdadera dentro de nosotros, no haciendo que las cosas vayan de la manera en que lo habíamos planeado, sino permitiendo tiempos de caos y confusión. Cualquiera puede tener paz observando un hermoso ocaso o descansando cuando está de vacaciones. Aprendemos a tener paz verdadera cuando escogemos confiar en Dios en circunstancias en las que nos sentimos tentados a preocuparnos o tener miedo. De igual modo, la paciencia se desarrolla en las circunstancias que nos obligan a esperar, cuando somos tentados a enfadarnos o estamos a punto de explotar.

Dios utiliza la situación opuesta de cada fruto para que tengamos la posibilidad de elegir. No puedes decir que eres bueno si nunca has sido tentado a ser malo. No puedes decir que eres fiel si nunca has tenido la oportunidad de ser infiel. La integridad se construye derrotando la tentación a ser deshonestos; la humildad crece cuando nos negamos a ser orgullosos; y desarrollas la paciencia cada vez que rechazas la tentación de rendirte. ¡Cada vez que derrotas una tentación te pareces más a Jesús!

Cómo opera la tentación

Nos ayuda saber que Satanás es completamente predecible. Él ha usado la misma estrategia y las viejas artimañas desde la creación. Todas las tentaciones siguen el mismo modelo. Por eso Pablo dijo: «No ignoramos sus artimañas». De la Biblia aprendemos que la tentación sigue un proceso de cuatro pasos, los mismos que Satanás usó tanto con Adán y Eva como con Jesús.

En el primer paso, Satanás identifica un deseo dentro de ti. Puede ser un deseo pecaminoso, como el de venganza o el de manipular a otros, o puede ser uno legítimo y normal, como el deseo de ser amado y valorado o de sentir placer. La tentación empieza cuando Satanás te sugiere (con un pensamiento) que cedas a un deseo malo o que satisfagas un deseo legítimo de manera equivocada o en el momento errado. Ten siempre cuidado con los atajos. ¡A menudo son tentaciones! Satanás susurra: «¡Te lo mereces! ¡Debes tenerlo ahora! Será emocionante… reconfortante… o te hará sentir mejor».

Reflection:

Pensamos que la tentación está alrededor de nosotros, pero Dios dice que empieza dentro de nosotros.


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