13Nov * Día 21 / 5ta Parte • Cuida tu iglesia

Honren a los líderes que trabajan tanto por ustedes, que han recibido la responsabilidad de exhortarlos y guiarlos en la obediencia. ¡Cólmenlos de aprecio y amor!

1 TESALONICENSES 5:12-13 (PAR)

Practica el método de Dios para solucionar conflictos. Además de los principios mencionados en el último capítulo, Jesús le dio a la iglesia un proceso de tres pasos sencillos: «Si tu hermano peca contra ti, ve a solas con él y hazle ver su falta. Si te hace caso, has ganado a tu hermano. Pero si no, lleva contigo a uno o dos más, para que “todo asunto se resuelva mediante el testimonio de dos o tres testigos”. Si se niega a hacerles caso a ellos, díselo a la iglesia».

Durante los conflictos, serás tentado a quejarte con un tercero en lugar de hablar con valentía la verdad y amar a la persona con quien te disgustaste. Esto hace que el asunto se torne peor. En vez de eso, deberías ir directamente con la persona involucrada.

El enfrentamiento en privado siempre es el primer paso, y debes darlo tan pronto como te sea posible. Si entre los dos no son capaces de resolver las cosas, el paso siguiente es pedir la ayuda de uno o dos testigos para confirmar el problema e intentar restablecer la relación. ¿Qué deberíamos hacer si la persona persiste en su obstinación? Jesús dice que debemos plantear el problema ante la iglesia. Si la persona todavía se niega a escuchar después de eso, deberemos tratarla como a un incrédulo.

Apoya a tu pastor y a los líderes. No hay líderes perfectos, pero Dios les da la responsabilidad y la autoridad para mantener la unidad de la iglesia. Sin embargo, cuando hay conflictos interpersonales que resolver, eso es un trabajo ingrato. A menudo los pastores tienen la desagradable tarea de actuar como mediadores entre miembros heridos, que tienen conflictos o son inmaduros. También tienen la tarea imposible de intentar que todos estén contentos, ¡algo que ni siquiera Jesús pudo lograr!

La Biblia es clara con respecto a la manera en que debemos relacionarnos con los que nos sirven: «Respondan a sus líderes pastorales. Escuchen su consejo. Ellos están alertas a la condición de sus vidas y obran bajo la supervisión estricta de Dios. Contribuyan al gozo de su liderazgo».

Un día los pastores estarán delante de Dios y rendirán cuentas de cuán bien velaron por ti. «Ellos cuidan de ustedes como quienes tienen que rendir cuentas». Pero tú también eres responsible. Del mismo modo tendrás que rendirle cuentas a Dios por cuán bien los seguiste a ellos.

Protegemos la comunión cuando honramos a los que nos sirven por medio del liderazgo.

La Biblia les da a los pastores instrucciones muy específicas con respecto a la manera en que deben tratar a las personas que causan divisiones en la comunidad. Ellos deben evitar las discusiones, enseñar con delicadeza a los que se oponen mientras oran para que cambien, advertir a los contenciosos, rogar porque haya armonía y unidad, reprender a los que son irrespetuosos con los líderes, y destituir a los que causan divisiones en la iglesia si hacen caso omiso de dos amonestaciones.

Protegemos la comunión cuando honramos a los que nos sirven por medio del liderazgo. Los pastores y los ancianos necesitan nuestras oraciones, estímulo, aprecio y amor. Se nos ordena: «Honren a los líderes que trabajan tanto por ustedes, que han recibido la responsabilidad de exhortarlos y guiarlos en la obediencia. ¡Cólmenlos de aprecio y amor!».

Te desafío a aceptar tu responsabilidad de proteger y promover la unidad en tu iglesia. Pon todo tu esfuerzo para lograrlo, y así agradarás a Dios. No siempre será fácil. A veces tendrás que hacer lo que es mejor para el cuerpo, no para ti mismo, dando muestras de tu preferencia por otros. Por eso Dios nos ha puesto en la familia de una iglesia: para aprender a no ser egoístas. En la comunidad aprendemos a decir «nosotros» en lugar de «yo», y «nuestro» en vez de «mío». Dios dice: «No piensen sólo en su propio bien. Piensen en los otros cristianos y en lo que es mejor para ellos».

Dios bendice a las congregaciones que están unidas. En la Iglesia Saddleback, todos los miembros firman un pacto que incluye la promesa de proteger la unidad de nuestra congregación. Como resultado, nunca hemos tenido un conflicto que divida la comunión. Tan importante como lo anterior es el hecho de que dado que es una comunidad fraternal y unida, ¡muchas personas quieren ser parte de ella! En los últimos siete años, la iglesia ha bautizado a más de nueve mil cien creyentes nuevos. Cuando Dios tiene un puñado de creyentes bebés que quiere «dar a luz», busca la iglesia incubadora más cálida que pueda encontrar.


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