Si alguien toma ventajas injustas sobre ti, usa la ocasión para practicar la vida de siervo.
MATEO 5:41 (PAR)
En la Iglesia Saddleback tenemos a un grupo de ejecutivos y dueños de negocios que tratan de hacer lo máximo para darle a la congregación y expandir el reino de Dios. Así que te exhorto a que hables con tu pastor y comiences un grupo de edificadores del reino en tu iglesia.
Los siervos piensan en su trabajo, no en lo que otros hacen. No comparan, critican ni compiten con otros siervos o ministerios. Están muy ocupados haciendo el trabajo que Dios les asignó.
La competencia entre los siervos de Dios es ilógica por muchas razones: todos estamos en el mismo equipo; nuestra meta es complacer a Dios, no agrandarnos a nosotros mismos; tenemos diferentes tareas; y todos fuimos formados con cierta singularidad. Pablo dijo: «No se comparen unos con otros, como si uno de ustedes fuera mejor o peor que el otro. Tenemos mejores cosas que hacer en nuestras vidas. Cada uno de ustedes es un original».
No hay lugar para celos mezquinos entre los siervos. Cuando estás ocupado en servir, no tienes tiempo para criticar; el tiempo que gastas en criticar a otros deberías usarlo para ministrar. Cuando Marta se quejó con Jesús de que María no la estaba ayudando con su trabajo, perdió su corazón de sierva. Los siervos verdaderos no se quejan de las injusticias, no viven lamentándose ni se resienten con quienes no están sirviendo. Solo confían en Dios y se mantienen sirviendo.
No es nuestro trabajo evaluar a otros siervos del Señor. La Biblia dice: «¿Quién eres tú para criticar al siervo de otro? El Señor decidirá si su siervo ha hecho lo correcto». Tampoco es nuestro trabajo defendernos de la crítica, deja que tu Señor lidie con eso. Sigue el ejemplo de Moisés, que mostró una verdadera humildad ante sus opositores; de Nehemías, cuya respuesta a las críticas fue simple: «Estoy ocupado… Si bajara yo a reunirme con ustedes, la obra se vería interrumpida».
Reflexión:
Los siervos piensan como mayordomos, no como dueños. Recuerdan que todo le pertenece a Dios.
DAY 34/Third part• Thinking Like a servant
Jesus said, “If someone takes unfair advantage of you, use the occasion to practice the servant life.” MATTHEW 5:41 (MSG)
At Saddleback Church, we have a group of CEOs and business owners who are trying to make as much as they can so they can give as much as they can to further the kingdom of God. I encourage you to talk with your pastor and begin a Kingdom Builders’ group in your church.
Servants think about their work, not what others are doing. They don’t compare, criticize, or compete with other servants or ministries. They’re too busy doing the work God has given them.
Competition between God’s servants is illogical for many reasons: We are all on the same team; our goal is to make God look good, not ourselves; we have been given different assignments; and we are all uniquely shaped. Paul said, “We will not compare ourselves with each other as if one of us were better and another worse. We have far more interesting things to do with our lives. Each of us is an original.”
There’s no place for petty jealousy between servants. When you’re busy serving, you don’t have time to be critical. Any time spent criticizing others is time that could be spent ministering. When Martha complained to Jesus that Mary was not helping with the work, she lost her servant’s heart. Real servants don’t complain of unfairness, don’t have pity-parties, and don’t resent those not serving. They just trust God and keep serving. It Is not our job to evaluate the Master’s other servants. The Bible says, “Who are you to criticize someone else’s servant? The Lord will determine whether his servant has been successful.”
It Is also not our job to defend ourselves against criticism. Let your Master handle it. Follow the example of Moses, who showed true humility in the face of opposition, as did Nehemiah, whose response to critics was simply, “My work is too important to stop now and . . . visit with you.”
Reflection:
Servants think like stewards, not owners. Servants remember that God owns it all.
