Por sobre todas las cosas cuida tu corazón, porque de él mana la vida.
PROVERBIOS 4:23 (NVI)
FORMA: oportunidades para tu corazón
La Biblia usa el término corazón para describir el manojo de deseos, esperanzas, intereses, ambiciones, sueños y afectos que posees, en fin, tus oportunidades. Tu corazón es la fuente de todas tus motivaciones, lo que amas hacer y lo que más cuidas. Aun hoy usamos la palabra de esta manera cuando decimos: «Te amo con todo mi corazón».
La Biblia indica: «En el agua se refleja el rostro, y en el corazón se refleja la persona». Tu corazón revela lo real de ti, lo que eres verdaderamente, no lo que otros piensan de ti o lo que las circunstancias te impulsan a ser. Tu corazón representa la fuente de tus motivaciones, por qué actúas en la forma en que lo haces.
Físicamente, cada uno de nosotros tiene latidos del corazón característicos. Así como cada uno tiene huellas dactilares únicas, un tono de voz, etc., no hay dos latidos del corazón idénticos. Es asombroso que entre todos los billones de personas que viven no haya otra que tenga los latidos del corazón exactamente igual a los tuyos.
De la misma manera, Dios nos ha dado a cada uno «un latido» emocional único que se apresura cuando pensamos acerca de temas, actividades o circunstancias que nos interesan. Instintivamente ponemos más atención a ciertas cosas que a otras. Esos son indicios que señalan dónde debes servir.
Otra palabra que tiene que ver con el corazón es pasión. Hay ciertos temas que te apasionan y otros que no te interesan. Algunas experiencias captan tu atención mientras otras pasan inadvertidas o te aburren. Eso revela la naturaleza de tu corazón.
Mientras crecías, puede que hayas descubierto algunas cosas muy interesantes, las cuales no le interesaban a nadie más en tu familia. ¿De dónde proceden esos intereses? Provienen de Dios. Él tiene un propósito al darte esos intereses natos. Tu latido emocional es la segunda clave para entender tu forma para servir. No ignores tus intereses. Considera cómo podrías usarlos para la gloria de Dios. Debe haber una razón por la que te agrada hacer esas cosas.
La Biblia declara con insistencia: «Sirve al Señor con todo tu corazón». Dios quiere que le sirvas con pasión, no por obligación. Las personas rara vez dan lo mejor de sí al realizar tareas que no disfrutan. Dios quiere usar tus intereses naturales para que sirvas a otros y a él. Escuchar tu motivación interna puede apuntar al ministerio que Dios quiere que tengas.
Reflexión:
FORMACIÓN ESPIRITUAL: Son habilidades especiales dadas por Dios solo a los creyentes para servirle.
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