Dios decidió darnos vida por medio de la palabra de verdad para que podamos ser lo más importante de todas las cosas que él hizo. SANTIAGO 1:18 (PAR)
Debo asimilar su verdad. No basta con solo creer en la Biblia; debo llenar mi mente de ella para que el Espíritu Santo pueda transformarme con la verdad. Hay cinco maneras de hacerlo: Puedes recibirla, leerla, investigarla, recordarla y reflexionarla.
Primero, recibes la Palabra de Dios cuando la escuchas y la aceptas con una mentalidad y una actitud receptiva. La parábola del sembrador ilustra cómo nuestra receptividad determina si la Palabra de Dios se arraiga en nuestras vidas y lleva fruto o no. Jesús identificó tres actitudes de rechazo: una mente cerrada (la tierra dura), una mente superficial (la tierra poco profunda), y una mente distraída (la tierra con hierbas malas), luego dijo: «Pongan mucha atención».
Cuando sientas que no estás aprendiendo nada de un sermón o un maestro de la Biblia, debes analizar tu actitud, considerando en especial el orgullo, porque Dios puede hablarte incluso a través del maestro más aburrido cuando eres humilde y receptivo. Santiago aconseja despojarse de toda inmundicia y maldad para «que puedan recibir con humildad [modestia, mansedumbre] la palabra sembrada en ustedes, la cual tiene poder para salvarles la vida».
Segundo, durante la mayor parte de la historia de dos mil años de la iglesia, solo los sacerdotes podían leer la Biblia, pero ahora miles de millones de personas tienen acceso a ella. A pesar de esto, muchos creyentes son más fieles a la lectura diaria de su periódico que de sus Biblias. Nadie debería sorprenderse de por qué no crecemos. No esperemos crecer si leemos la Biblia tres minutos después de ver televisión tres horas.
Muchos que presumen de creer en la Biblia «de tapa a tapa» nunca la han leído completa.
Muchos que presumen de creer en la Biblia «de tapa a tapa» nunca la han leído completa. Pero si tan solo la lees quince minutos diarios, la leerás completa una vez al año. Si dejas de ver un programa de televisión treinta minutos por día y lees tu Biblia en cambio, al cabo de un año la habrás leído dos veces.
La lectura diaria de la Biblia te mantendrá al alcance de la voz de Dios. Por eso Dios instruyó a los reyes de Israel que mantuvieran siempre cerca una copia de su Palabra: «Esta copia la tendrán siempre a su alcance y la leerán todos los días de su vida».15 ¡Sin embargo, no la guardes simplemente cerca, léela regularmente! Una herramienta sencilla para esto es un plan diario de lectura bíblica. Así evitarás saltar arbitrariamente de una parte de la Biblia a otra y pasar por alto algunas secciones.
Reflexión:
La Palabra de Dios es diferente a cualquier otra palabra. Sin la Palabra de Dios ni siquiera estarías vivo.
DAY 24/Third part – Transformed by Truth
God decided to give us life through the word of truth so we might be the most important of all the things he made.
JAMES 1:18 (NCV)
I must assimilate its truth. It is not enough just to believe the Bible; I must fill my mind with it so that the Holy Spirit can transform me with the truth. There are five ways to do this: You can receive it, read it, research it, remember it, and reflect on it.
First, you receive God’s Word when you listen and accept it with an open, receptive attitude. The parable of the sower illustrates how our receptiveness determines whether or not God’s Word takes root in our lives and bears fruit. Jesus identified three unreceptive attitudes — a closed mind (hard soil), a superficial mind (shallow soil), and a distracted mind (soil with weeds) — and then he said, “Consider carefully how you listen.”
Anytime you feel you are not learning anything from a sermon or a Bible teacher, you should check your attitude, especially for pride, because God can speak through even the most boring teacher when you are humble and receptive. James advises, “In a humble (gentle, modest) spirit, receive and welcome the Word which implanted and rooted in your hearts contains the power to save your souls.”
Second, for most of the 2,000-year history of the church, only priests got to personally read the Bible, but now billions of us have access to it. In spite of this, many believers are more faithful to reading their daily newspaper than their Bibles. It’s no wonder we don’t grow. We can’t watch television for three hours, then read the Bible for three minutes and expect to grow.
Many who claim to believe the Bible “from cover to cover” have never read it from cover to cover. But if you will read the Bible just fifteen minutes a day, you will read completely through it once a year. If you cut out one thirty-minute television program a day and read your Bible instead, you will read through the entire Bible twice a year.
Many who claim to believe the Bible “from cover to cover” have never read it from cover to cover.
Daily Bible reading will keep you in range of God’s voice. This is why God instructed the kings of Israel to always keep a copy of his Word nearby: “He should keep it with him all the time and read from it every day of his life.” But don’t just keep it near you; read it regularly! A simple tool that is helpful for this is a daily Bible reading plan. It will prevent you from just skipping around the Bible arbitrarily and overlooking sections. You can find daily Bible reading plans just about anywhere.
Reflection:
God’s Word is unlike any other word. Without God’s Word you would not even be alive.