01May – DÍA 41/Quinta parte • La trampa de la envidia

Aunque soy el menos digno de todo el pueblo de Dios, por su gracia él me concedió el privilegio de contarles a los gentiles acerca de los tesoros inagotables que tienen a disposición por medio de Cristo.

Efesios 3:8 NTV

Celebra la bondad de Dios para otros. ¡En lugar de molestarte por otros, regocíjate con ellos! La Biblia nos dice que nos alegremos cuando Dios bendice a los que nos rodean. «Alégrense con los que están alegres; lloren con los que lloran». Ahora bien, la segunda parte de ese versículo es fácil de obedecer. No es difícil brindar consuelo cuando las personas están afligidas o sufren una pérdida, incluso si son nuestros rivales. Sin embargo, resulta mucho más difícil celebrar el éxito de otros, en especial si uno no está triunfando en ese ámbito.

¿Cómo recibes las promociones de tus colegas? Si eres soltera, ¿cómo te afectan los matrimonios y embarazos de tus amigas? ¿Cuál es tu primera reacción visceral a las noticias de que alguien que conoces ha recibido un golpe inesperado de la buena suerte? ¿Cuándo fue la última vez que le agradeciste a Dios lo que hizo por alguna otra persona?

Una de las razones por las que a veces hallamos difícil «alegrarnos con los que se alegran» es porque tememos que solo haya una provisión limitada de la bondad y la gracia de Dios, así que si otros obtienen una tajada mayor del pastel, tal vez nosotros no recibamos lo mismo. Sin embargo, la gracia de Dios es ilimitada. ¡Hay suficiente para todos y todavía sobrará una cantidad infinita! Efesios 3:8 nos habla de «las incalculables riquezas de Cristo».

La bochornosa verdad en cuanto a la envidia es que aquellos a los que envidiamos más por lo general son las personas más cercanas a nosotros: los familiares envidian a otros familiares; los vecinos envidian a otros vecinos; los compañeros de equipo envidian a otros compañeros de equipo; los músicos envidian a otros músicos; los agricultores envidian a otros agricultores; y los predicadores envidian a otros predicadores.

Si quieres aumentar la cantidad de felicidad que experimentas en la vida, he aquí uno de los secretos: aprende a alegrarte con los éxitos y alegrías de los demás. Si te alegras solo cuando te suceden cosas buenas a ti, serás desdichado gran parte de tu vida, puesto que nadie disfruta solo de cosas buenas. No obstante, si aprendes a alegrarte también por las victorias de otros, siempre tendrás algo de qué gozarte.

Reflexión:

Celebra la bondad de Dios para otros. Si quieres aumentar la cantidad de felicidad que experimentas en la vida, he aquí uno de los secretos: aprende a alegrarte con los éxitos y alegrías de los demás.


DAY 41/Fifth part • The Envy Trap

To me, who am less than the least of all the saints, this grace was given, that I should preach among the Gentiles the unsearchable riches in Christ.

Ephesians 3:8 NKJV

Celebrate God’s goodness to others. Instead of resenting others, rejoice with them! The Bible tells us to be happy when God blesses those around us. “Rejoice with those who rejoice, and weep with those who weep.”  Now, the second part of that verse is easy to obey. It’s not hard to offer comfort when people hurt or experience loss, even if they are a rival. It’s much harder to celebrate others’ success, especially if you aren’t succeeding in that area.

How do you handle the promotions of coworkers? If you’re single, how do you handle the weddings and baby showers of friends? What’s your first gut reaction to news that someone you know has experienced a windfall of good fortune? When was the last time you thanked God for what he did for somebody else?

One reason we sometimes find it hard to “rejoice with those who rejoice” is because we fear that there is only a limited supply of God’s goodness and grace, so if others get a bigger slice of cake, then I may not get as much. But God’s grace is boundless. There is plenty to give to everyone and still have an infinite amount left over! Ephesians 3:8 speaks of “the unending, boundless, fathomless, incalculable, and exhaustless riches of Christ.” 

The embarrassing truth about envy is that the people we envy most are usually those who are closest to us: Family members envy each other. Neighbors envy neighbors. Teammates envy teammates. Musicians envy musicians. Farmers envy other farmers, and preachers envy other preachers.

If you would like to increase the amount of happiness you experience in life, here is one of the secrets: learn to enjoy the successes and joys of others. If you are only happy when good things happen to you, then you will be unhappy for much of your life, since no one experiences only good things. But if you learn to enjoy other people’s victories too, you will always have something to be happy about.

Reflection:

Celebrate God’s goodness to others. If you would like to increase the amount of happiness you experience in life, here is one of the secrets: learn to enjoy the successes and joys of others.